Antes de responder esta pregunta es necesario definir qué es un activo virtual. Según el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), un activo virtual es una representación digital de valor que se puede comercializar o transferir digitalmente y se puede utilizar para pagos o inversiones. Los activos virtuales no incluyen representaciones digitales de moneda fiat (las que emiten los gobiernos), valores y otros activos financieros que ya están cubiertos en otras partes de las recomendaciones del GAFI.
Bitcoin es una criptomoneda, por lo tanto, un activo virtual. Al ser bitcoin un activo virtual, este es producido de manera virtual. Para ello, cada bitcoin es generado a través de un proceso llamado minería de bitcoin. Puesto de forma simple, un minero suele ser una persona especializada en manejo de software que, junto con una computadora lo suficientemente poderosa, acceso a internet y energía eléctrica, puede minar bitcoins. Pero, ¿cómo es que una computadora puede crear criptomonedas?
A diferencia del dinero fiat que es producido de forma física por mandato de una autoridad gubernamental, los bitcoins se crean a través de un proceso automático y descentralizado, en el que muchas computadoras alrededor del mundo registran la información que se genera al momento de una transacción en la red, dicha información se almacena en un “gran libro digital” al cual se le llama bloque. Para poder añadir este nuevo bloque a la cadena de bloques existente, los mineros deben resolver una serie de acertijos matemáticos (tan complejos que un ser humano tomaría meses en resolver); para posteriormente añadirlo a la red. El primer minero en resolver el problema, gana cierta cantidad de bitcoins como comisión por su trabajo.
Una vez en la red (cuyos nodos están distribuidos a lo largo y ancho del globo terráqueo), la información de la transacción reposa en un solo bloque; todos los bloques se conectan a lo largo de una gran cadena que está blindada mediante robustos protocolos de criptografía. Actualmente, un nuevo bloque se añade a la red cada 10 minutos aproximadamente; tiempo en el cual se crean 6,25 bitcoins (BTC).
En el documento originario de Bitcoin, también llamado Libro Blanco de Bitcoin; se establece el incentivo que debe recibir el minero para, por una parte, cubrir los costos asociados al minado, y por otro; tener incentivos económicos para actuar de forma honesta en favor de la red. Una vez un bloque es validado y añadido a la red, difícilmente puede ser “hackeado” por un agente malicioso. Según el Libro Blanco de Bitcoin, “(...) el incentivo puede ayudar a alentar a los nodos a mantenerse honestos. Si un atacante codicioso es capaz de ensamblar más poder de CPU que todos los nodos honestos, tendría que elegir entre usarlo para defraudar a las personas robando de vuelta sus pagos, o usarlo para generar nuevas monedas. Debería encontrar más rentable jugar según las reglas”.
Es de anotar del párrafo anterior, que si bien es prácticamente imposible jugar en contra de la red (los incentivos hacen que el costo sea consistentemente mayor al beneficio recibido); también es sumamente difícil superar el poder de cómputo de todos los nodos honestos. Ambos factores hacen que la red de Bitcoin nunca haya sido hackeada y, muy probablemente, nunca lo vaya a ser.
Proveniente del inglés “half”, el cual significa mitad o medio, el “halving” es un proceso concebido desde que se escribió el Libro Blanco de Bitcoin; según el cual cada 210.000 bloques minados o 4 años, el pago o incentivo que reciben los mineros por cada nuevo bloque minado se reduce a la mitad. La naturaleza de este proceso hace que los bitcoins que aún faltan por minarse (alrededor de 2 millones de monedas), se creen en un proceso que se ralentiza cada 4 años. Es por esto que, según algunas estimaciones, el último BTC se minaría hacía el año 2140.
Desde que Satoshi Nakamoto, creador del protocolo de Bitcoin y del quien no se sabe si es una persona o grupo de individuos, concibió esta red; se estableció que esta criptomoneda tendría un límite de 21 millones de monedas. Esto, a diferencia del dinero emitido por los gobiernos, hace de Bitcoin un dinero deflacionario, pues su valor no se deprecia con el correr del tiempo sino que se mantiene o incrementa.
Una vez se dejen de emitir bitcoins se espera que los mineros permanezcan trabajando en la validación de las transacciones propias de la red; y las tarifas que cobren por cada transacción verificada serán lo suficientemente altas, relativas al valor de BTC de ese momento, para que sigan teniendo el incentivo de laborar por el mantenimiento de la red de Bitcoin.
Así pues, el valor de Bitcoin como activo virtual radica en el respaldo tecnológico propio de la fortaleza de la red mundial que sirve al criptoactivo. De igual manera, es muy importante destacar que esta forma de intercambiar valor no es centralizada, por lo cual, cualquier persona desde cualquier lugar del mundo quien tenga su computadora al servicio de la red, tiene las mismas facultades para crear dinero que aquellas que posee un agente del gobierno, quien, a través de un banco central, imprime papel moneda a discreción; muchas veces desconociendo el impacto económico que esto puede generar sobre quienes tienen menos poder para cubrirse ante la inflación.
By: Ricardo Silva
(Twitter: @Risiur)
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